lunes, 23 de febrero de 2009

¿Clericalismo carmelita?

clericalismo.

1. m. Influencia excesiva del clero en los asuntos políticos.

2. m. Intervención excesiva del clero en la vida de la Iglesia, que impide el ejercicio de los derechos a los demás miembros del pueblo de Dios.

3. m. Marcada afección y sumisión al clero y a sus directrices.

He querido empezar copiando y pegando la definición del término de la RAE. Yo quiero centrarme en la número 2, aunque tanto la uno como la tres pueden ser un tema interesante a desarrollar otro día.

Cuando entré en la orden, me enamoré ante todo, cuando hice la experiencia vocacional, de la fraternidad de los hermanos, de la alegría que se vivía en aquella casa de Salamanca, de la hospitalidad,... En fin, entre en la orden porque quería ser un hermano como ellos.

Esta crítica que voy a realizar no se puede generalizar dentro de la Orden, sólo puedo hablar desde la experiencia vivida, y sobretodo la experiencia vivida en los últimos meses, aquí en Italia, donde la tendencia clerical es más fuerte.

No recuerdo muy bien como esta definida nuestra orden en términos jurídicos, sé que nos lo explicó Vicente cuando estudiamos las constituciones en el año del noviciado, pero si no recuerdo mal, el término clerical era uno de los términos que se usaba para dercribirla (no engo ganas de ponerme a buscar información) Es cierto que dentro de nuestro carisma carmelita, el sacerdocio juega un papel importante, pero creo que no es la esencia, ya que todos somo hermanos desde el momento que hacemos la profesión, al menos yo me siento hermanos de todos, y no hago distinciones, somos todos igual, desde el prior de mi casa, a mi maestro, hasta llegar al prior general,... Todos somos hermanos.

Pero hay algunas cosas que hacen que me sienta diferente, sobretodo cuando creen que al convertirse en sacerdotes adquieren unos derechos por naturaleza. Ejemplos de ellos, son la mesa exclusiva de los padres, la exención de las tareas, todos hablan de "cuando seamos sacerdotes...", no se ven hermanos que no sean sacerdotes,...

El sacerdocio es bueno, muy bueno, siempre que sea para ser el último, para ser el servidor de todos, como lo fue Jesucristo. YO no quiero un sacerdocio para adquirir un rango social (como sucede en muchos países) sino al contrario, para perderlo (a mí también me gusta, pero no estamos llamado a eso). No quiero ser sacerdote para adquirir un rango dentro de una comunidad, provincia, orden,... En principio tenía claro que quería ordenarme, pero el pasar del tiempo me hace poner en duda esta elección, no sé si me ordenaré, quizás lo hago por obediencia, o quizás cambie de pensamiento, no sé, falta mucho tiempo, pero a veces tengo la tentación de no ordenarme para reinvindicar el puesto de los hermanos que no han querido dar el paso del sacerdocio, porque son hermanos, somo hermanos, con los mismos derechos. Quizás se debería hacer una reforma grande a nivel legislativo, y en un futuro poder convertirse incluso en los provinciales que dirigen nuestra provincia,...

Sé que ahora puede venir cualquier histórico y demostrar que estoy equivocado aportando centenares de textos, que blablabla,... pero no hablo desde el conocimiento sino con lo que siento en estos momentos.

Debemos dejar esta Iglesia del poder, y entrar en la Iglesia de la humildad de la sencillez, no respondiendo a las críticas con las mismas armas, sino respondiendo con las mismas armas de Jesús, con los actos y con las buenas palabras. Ufffffffff, y eso que no quería escribir nada, pero se me ha ocurrido el tema y podría estar cascando hasta mañana, pero..... no lo hago que te estoy aburriendo. Un fuerte abrazo para ellos y una beso para ellas.





5 comentarios:

nieveardia dijo...

Lo mejor si de verdad quieres servir y dedicarte a Dios, es no ser cura. Los curas al final vivís tranquilamente en vuestro convento sin muchas ganas de meteros en saraos de ningún tipo. Vuestras oraciones, vuestras misicas, vuestras cenas y comidas según el horario establecido y ojito con llegar 5 minutos tarde, así os necesite María Santísima...
Al final, os acomodáis plácidamente en ese refrán.."vives como un cura"...y esa bonita frase que circula por ahí..."es que yo soy para todos"...más bien debería ser..."es que yo no soy para nadie". (Que es la realidad de la vida).
Conozco gente entregada en cuerpo y alma a los demás. Gente que se queda sin comer o sin cenar por alguien que lo necesita. Gente que acoge niños sin hogar en su propia casa. Gente que dedica sus fines de semana a quien necesita de el. Gente que ha renunciado a sus hobbies, aficiones, a su vida, por los demás...y ninguno es cura. Esto no quiere decir que no conozca curas de quitarse el sombrero, alguno hay por ahí tambien...jeje
¿Sí o sí?
1 beso Chavi, vales demasiado. No te ordenes.

Anónimo dijo...

Querido hermano.
Gracias por tu reflexión. Gracias también a ti, Cortinitas. Me parece bien que aconsejes, pero Xavi prefiero aconsejarte que hagas lo que quieras. Lo importante es el principio de todo: la opción de vida por Cristo. Esto para mi es la clave. Yo lo descubrí y me deje llevar a ordenarme. Hoy quizá lo haría igual pero lo pensaría más. Me gusta que te lo plantees.
Quiero retomar alguna cosa de las que decís. Ese 'plus' de derechos, de status, de presencia, de disculpa, de autoridad... que supone ordenarse. Algunos de estos 'plus' jurídicamente no se pueden cambiar, alguna vez lo he preguntado. Pero otros no existen, son puras falacias que hemos creado nosotros y que hacen mucho daño. Lo peor de estos 'plus' del ordenado es cuando son buscados. Es terrible, hace mucho daño todo esto. La vida entre nosotros es entre iguales. Hermanos. Está en el oriden de nuestra Regla, en los primeros números. Uno es el prior y todos somos hermanos. El prior en tanto en cuanto que sirve como Cristo. ¡¡Cuantos priores maravillosos hemos perdido al no dejar que los no ordenados ocuparan esa tarea!! Si de alguien he aprendido lo que es el servicio ha sido de ellos, de alguno de los que he tenido la suerte de conocer en mi vida de fraile: entregado, generoso, de sol a sol sirviendo y amando la orden. Si la autoridad es servicio, ellos hubieran sido unos priores maravillosos.
Buscar ese privilegio es una falta de respeto al Evangelio y al que que propone un cambio total en el orden en la cola de este mundo: los últimos serán los primeros y los primeros últimos. Buscar los primeros puestos es de fariseos, de judíos retorcidos y blanqueados por el cumplimiento (ahora cumplo y después miento). ¡Cuanto daño hacen a la vida religiosa y al testimonio del Evangelio! Jóvenes ordenados que dejan de considerarse iguales, que miran por encima del hombro a los que ayer eran compañeros suyos en la casa de formación. ¡Increíble! De los que hacen que a partir de ese día se les prepare de otra manera la comida o por pura iniciativa deciden que su horario es diferente. ¿No te lo crees? Yo tampoco me lo creía. En una ocasión me contaron que uno de estos buscadores de 'puestos' en la mañana en que iba a ser ordenado diácono le pidió al superior un coche, creía que ya tenía el requisito necesario para poder 'usar' uno coche para él solo, cuando no había cambiado para nada su trabajo, su servicio al que estaba 'entregado'.
Nada más. Espero que en el discernimiento de esta situación, como en otras muchas, no prevalezca el gusto sino el quiero que viene determinado por el proyecto de vida. Este está en sostenido en Cristo y mantenido por el servicio al que él nos llama: dar la vida. Una pregunta para el discernimiento sería ¿dónde me necesitan?
Un abrazo.

Unknown dijo...

Muchas gracias a los dos, me han ayudado mucho vuestras reflexiones. Recibid un fuerte abrazo.

nieveardia dijo...

A mi lo que me parece es que hermanos somos todos, desde el negrito africano que no ha oído hablar de Dios hasta el Papa. Eso de que seáis más hermanos porque seáis frailes o pertenezcáis a una determinada orden, sinceramente, me parece sectario. Así es como se establecen diferencias, distancias y comparaciones.
No me gusta nada la Iglesia de hoy. Pero nada. De hecho no sé ni qué hago en ella. Tu sí que me gustas Chavi. No sé cómo se ha podido permitir tanta división, tanta orden y tanta pijada. Tanto carisma, tanto seguir a tal Santo y a tal otro...cuánta mierda.
Jesús sólo fué uno y no agrupó a sus discípulos en carismas ni en órdenes..

Anónimo dijo...

Me han encantado los cambios.
¡¡Que maravilla!!
Un abrazo