Carta de Santo Tomás a un joven estudiante sobre el modo de estudiar
“Porque me rogaste, carísimo en Cristo Juan, que te orientara cómo te conviene estudiar para adquirir el tesoro de la ciencia, te aconsejo lo siguiente:
Ø Que prefieras entrar por los ríos, y no enseguida por el mar, puesto que conviene llegar por lo más fácil a lo más difícil.
Ø Ésta es, por lo tanto, mi advertencia y tu modo de conducirte. Procura ser parco de palabras, y difícil de acudir a lugares de distracción.
Ø Cuida la pureza de conciencia.
Ø No dejes de darte a la oración.
Ø Permanece frecuentemente en tu celda, si quieres ser introducido en el trato del amor divino.
Ø Muéstrate amable con todos.
Ø En nada te preocupes de los hechos de los demás.
Ø No seas muy familiar con algunos, porque excesiva familiaridad engendra el menor aprecio y trae consigo pérdida del tiempo de estudio.
Ø Huye sobre todo el vagar y salir fuera de casa.
Ø No dejes de imitar los ejemplos de los santos y los buenos.
Ø No mires quién ha dicho las cosas, sino que todo lo bueno que se diga, encomiéndalo a la memoria.
Ø Procura entender lo que lees y lo que oyes en las clases.
Ø Procura cerciorarte en las dudas.
Ø Y, como quien desea llenar su recipiente, esfuérzate por conservar en el archivo de tu mente lo que puedas.
Ø No persigas lo que sobrepasa tus posibilidades.
Siguiendo estos consejos, darás y producirás ramas y frutos útiles, mientras vivas, en la viña del Señor. Si quieres estos pasos, podrás llegar a lo que desees”.
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