lunes, 16 de febrero de 2009

¿Por qué Señor?

Hoy he decidido escribir sobre el tema del sufrimiento. Sé que es un tema límite, difícil, que la Iglesia muchas veces no ha sabido dar una respuesta adecuada, y en cierto modo, escapa de nuestro alcance limitado del ser humano.

Me refiero al tema, porque son muchos los casos que están sufriendo en mi entorno, tanto en mi familia carnal como en mi familia espiritual (el carmelo) y en el círculo de mis amistades,y paralelamente sufro yo con ellos. Por eso he retomado un libro que leí a principios de este curso, titulado "Perché signore?" de Carlo Carreto. Intentaré sacar algunas ideas de allí, pero muy por encima, aunque en mis propósitos está el realizar un resumen de este libro, que por cierto aconsejo su lectura, no es que sea un gran lector, es más, todo lo contrario, pero lo poco que leo, me gusta seleccionarlo bien. Hago una mezcla del libro y de mis ideas.

Estas preguntas están en la mente de mucha gente que sufre:

¿por qué Dios, este presunto Dios permite estas cosas? ¿POr qué no interviene? ¿Pero existe Dios o no existe Dios? ¿Y si existe, por qué no actúa, por qué permite estas cosas? ¿Por qué no hace una excepción conmigo?....

Pero también hay algunos que pueden decir en voz alta: Lo que era una desgracia, Dios lo ha transformado en gracia, el mal lo ha transformado en un bien mayor. De las lágrimas el Señor ha sacado miel, porque bienaventurados los que lloran porque serán consolados (por favor leed las bienaventuranzas, es un discurso propio de un loco, pero de un loco de amor por mí y por ti). He conocido a Dios en medio del sufrimiento...

Pero todavía queda el misterio, es una cosa que nos supera, que nos hace entrar en humildad y nos hace reconocer nuestra cegueza. Estamos en medio del mundo, con una limitación que muchas veces no soportamos, todos tenemos nuestro fin, aunque muchas veces lo olvidemos, y sin embargo todo sigue, todo seguirá hablando de Dios en las generaciones continuas, y el misterio permanece.No podemos olvidarlo, nuestra mas profundo ser lo busca, de hecho ¿quien somos nosotros sin Él ? ¿Quien es Él sin nosotros? Nosotros no podemos vivir sin Él, ni Él puede vivir sin nosotros, porque nos ama, porque ha entregado a su hijo por nosotros, es el AMOR, aunque una madre abandone a su hijo, Él nunca nos abandona. Entonces, ¿cómo puede permitir el sufrimiento?

Si está el dolor en el mundo (hago un paréntesis, no es que Dios nos castigue con el mal, espero que nadie aún crea estas cosas dentro de la Iglesia, pero desgraciadamente creo que me equivoco. El dolor, el sufrimiento, la muerte,... están porque somos seres limitados, de naturaleza débil, y menos mal que somos limitados, aún así nos creemos dioses, ¿que sería de nosotros si fueramos seres no limitados?), si hay dolor en el mundo, Él lo transforma en luz, en liberación. Beatos los que llorán, los que sufren, los perseguidos,....

En fin, lo dejo ahí, podría escribir más sobre el tema, pero no quiero darle vueltas al asunto. Sé que las palabras muchas veces no sirven de nada, y quizás un gesto vale más que mil palabras. En esta ocasión quiero saludar especialmente a todos aquellos que conozco que están sufriendo mucho, con un cancer, con una separación, con un embarazo no deseado, con una falta de trabajo, con una indecisión vocacional, por una crisis vocacional, a vosotros, a vosotras, os llevo en el corazón, mi carácter inexpresivo me impide muchas veces el hacer una llamada, el escribir un email, el preguntar como estás, pero os tengo dentro, y vuestro sufrimiento también lo llevo, y lo encomiendo al único que entiende estas cosas. Un fuerte abrazo

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