jueves, 4 de noviembre de 2010

Presente y eternidad

Es realmente presente que hace una eternidad que no escribo en el blog, espero empezar una nueva etapa de este humilde blog, pero para ello, voy a cambiar el enfoque, más bien, voy a intentar ampliar el horizonte, y a parte de mis sentimientos y pensamientos, voy añadir textos que me han impactado, alguna que otra noticia de la actualidad eclesial... En fin, perdonad por mi egoísmo durante estos últimos meses, he recibido mucho y no he sabido dar. Así, que como hay más alegría en dar que en recibir, empezamos con un texto de C.S. Lewis:

"Los humanos viven en el tiempo, pero nuestro Enemigo les destina a la Eternidad. Él quiere, por tanto, creo yo, que atiendan principalmente a dos cosas: a la eternidad misma y a ese punto del tiempo que llaman el presente. Porque el presente es el punto en el que el tiempo coincide con la eternidad. Del momento presente, y sólo de él, los humanos tienen una experiencia análoga a la que nuestro Enemigo tiene de la realidad como un todo; sólo en el presente la libertad y la realidad les son ofrecidas. En consecuencia, Él les tendría continuamente preocupados por la eternidad (lo que equivale a preocupados por Él) o por el presente; o meditando acerca de su perpetua unión con, o separación de, Él, o si no obedeciendo la presente voz de la conciencia, soportando la cruz presente, recibiendo la gracia presente, dando gracias por el placer presente" (Cartas del diablo a su sobrino).

Puede que sea un poco difícil de entender, pero se trata de un diablo, que habla a su sobrino de como el Enemigo (Dios) actúa en los humanos en la cuestión del tiempo. Me encanta la frase en negrita, presente igual a eternidad. Quiero vivir el presente, he estado mirando al futuro incierto, por querer escapar de la realidad presente, pero me he dado cuenta que ahora estoy aquí, en Roma, y que mi misión es anunciar el Reino aquí y ahora (hic et nunc).

Por eso quiero vivir mi presente, porque el presente proviene del pasado y se abre a un futuro.No puedo mirar un evento aisladamente, los hechos de la vida no pueden ser comprendidos abstractamente, porque estos interpretan el pasado y además deben estar dispuestos a ser ulteriormente interpretados en el futuro. Por eso, no puedo abstraerme en un presente de las cosas, sin mirar un presente al lado del crucificado, sólo a su lado, podré mirar el verdadero presente y la eternidad. Toda mi vida la debo interpretar a la luz del resucitado, hacer una hermenéutica de mi historia de salvación.

He estado muy filosófico hoy, será que lo he estudiado esta tarde, pero para resumir más simplemente, ahora soy feliz, porque he mirado a la eternidad, a Dios, he estado por meses mirando mi ombligo pensando que miraba al futuro, y sin embargo, no veía a más de medio metro de distancia. Recibid un fraternal abrazo.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienvenido de nuevo.
Gracias.
Dios te bendiga.

Nadal dijo...

El presente es lo único que tenemos, el hoy, aquí y ahora de nuestra eternidad...
Un abrazo,
Nadal