viernes, 21 de noviembre de 2008

Crisis (2)

Seguimos con la crisis. Lo sé, soy un pesado, pero en este largo artículo que escribiré poco a poco, lo modelé un hace poco en un retiro espiritual, y se tocan varios temas. En fin, tened paciencia.

Seguimos con el último tema del que hable. ¿Seguro que no son seres vivos todo los embriones que matamos los mismos seres humanos? Y ya no sólo hablo del hecho de abortar, sino de todos los experimentos que se realizan en este campo. De hecho los mismos científicos no se ponen de acuerdo.

Unos dicen que hay vida humana desde la fecundación (postura de la Iglesia y de algunos científicos), otros dicen que la vida humana comienza con la anidación en el útero (dos semanas). Otros, sin embargo hablan que hay vida cuando la morfología es claramente humana (8 semanas)...
En fin, que hay muchas posturas.

Yo apoyo la primera postura, ya que esos zigotos, ya se contiene el material genético de una futura realidad humana, tiene un futuro, es un ser humano en potencia ¿quienes somos nosotros para quitarles la posibilidad de convertirse en un hombre?

Ya no me enrollo con ese tema, pero siempre que ha habido debates referentes a lo humano, en el fondo se sabe que algo no se está haciendo bien. Hace siglos se debatía si los hombres de piel negra tenían alma o no la tenían. Es importante como crisitianos el defender lo que creemos con buenos argumentos. Dice San Pedro que tenemos que dar razón de nuestra fe. Creo que todos los cristianos debemos estar formados, y nosotros, congregaciones, órdenes, sacerdoter, ofrecer la posibilidad de esa formación.

Lo cierto, es que estamos viviendo una crisis de valores muy fuerte, donde todo está bien. ¿En que se está convirtiendo nuestro país? Sólo hay que ver las noticias, todos los días hay muertos por violencia ¿Dónde están los valores? ¿Dónde está el respeto por los demás? ¿Acaso soy yo el superhombre?

Consumo de drogas, alcohol, pornografía, violencia de género,... Muchos jóvenes viven para el fin de semana, se convierte en el centro de sus vidad, yo también he pasado por ahí, y lo he experimentado. Pero ¿que buscamos? ¿Acaso el finde nos ayuda a salir de nuestras vidas, a olvidarnos de todo? ¿Somos realmente felices? ¿Valorizamos nuestro tiempo? ¿Por qué tantas crisis, estrés, depresiones, divorcios,...? Muy fácil, vivimos por nosotros y para nosotros. Y como no nos aceptamos, no nos amamos tal como somos, entramos en este círculo vicioso. Si nos nos amamos tal como somos, no podemos amar a los demás, si no me amo a mí, si no me acepto con todos mis defectos, no puedo amar a mi mujer, o a mi hermano de comunidad. Porque el mismo Jesús dice de amarse unos a los otros como a uno mismo. Si no amo a los demás, sólo se convierten en instrumentos, donde están sólo para mi propio interés, para satisfacer mis necesidades afectivas o materiales.

Que me enrolloooooooooooooooo.... Corto. Otro día más. Un fuerte abrazo fraterno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

breMe ha gustado tu cambio a la crisis de valores. Creo que esa es la clave. La crisis económica, de la que todos hablamos no es nada comparable con la crisis de valores que existen en nuestra sociedad. Es un crisis de largo recorrido. Pero llevará consigo un recorrido mayor intentar paliar sus consecuencias o conseguir su superación. Creo que la crisis económica puede hasta ayudar a ello. Nos llevará a volver a necesitar al otro para poder superar esa penuria económica en la que podemos caer. Necesitar al otro supone descubrirle de nuevo como referencia de nuestro ser. No me puedo definir sin el otro.
La crisis de valores no ha olvidado al otro, lo que ha cambiado es el concepto o lugar donde situa al otro. Ya no es referencia de crecimiento o de aportación necesaria para mi identidad, lo que supone que yo también debo ser para él algo parecido. La crisis de valores ha colocado al otro en el ámbito de la utilidad, de la productividad, de la satisfacción personal, de la rentabilidad económica. Asi no hay problema en manipular genéticamente lo que sea necesario para que el otro me sea util (su vida o en algún caso su muerte). No hay problema ninguno en que vengan inmigrantes mientras sean productivos, es decir, que trabajen más por un menor coste. Cuando esto se termina no interesan, al contrario, se convierten en causantes del problema. En la crisis de valores el otro es muy útil para dar placer, para llenar esa parte de mi que es la parte placentera de mi vida, se convierte en un pañuelo de papel, usar y tirar. Si el otro me sirve para disfrutar, adelante. Se ha hecho mayor y ya no siento nada de placer a su lado, lo cambio. El otro se ha convertido en el objeto que se hace viejo y se puede cambiar por otro. El otro se ha situado en el lado de la rentabilidad económica ya que se valoran solo los golpes de caja registradora que produce. 'Es mayor, ya no produce, aprovecho la crisis para limpiar contratos pesados en mi empresa'. Pesados quiero decir llenos de costes laborales. Creo que sería mejor llenos de derechos laborales. Ese es el otro de la crisis.
Recuperar al otro es sentir la necesidad de abrir el corazón al que está cerca de mi. El es importante para mi. De él aprendo, con él vivo. Compartir, sentir, acompañar, perder, dar... verbos y actitudes que deben aparacer de nuevo al lago de los otros para poder superar la crisis verdaderamente importantes que es la de valores. No habrá superación sin dejar de lado el 'yoyismo' y dar el salto al 'projimismo', amar al otro como a uno mismo, como bien dices.