jueves, 12 de noviembre de 2009

Los hombres de gris



Seguramente, si has leído el libro "Momo", recordarás estos famosos personajes de gris, que robaban el tiempo a los hombres y lo acumulaban en una especie de banco de tiempo. Pues bien, la semana pasada, al cumplir los 30 años (madre mía, que viejo), tuve la oportunidad de hacer una especie de memorándum de mi vida, y tuve la sensación, que en la medida en que uno crece, el tiempo pasa más deprisa.

Técnicamente el tiempo es siempre el mismo, 60 segundos, 60 minutos, 24 horas, 365 días,... Pero recordaba como de pequeño los veranos eran larguísimos, como disfrutaba con la familia, cómo las cosas se miran desde otra perspectiva, quizás porque el tiempo te pertenece, no tienes responsabilidades y los adultos te llevan en volandas, caminas entre las nubes sin conocer la "realidad". En la medida en que uno crece, también crecen las responsabilidades, y el tiempo te va dejando arañazos en tu piel para recordarte esos momentos difíciles por los cuáles todos pasamos, y que quedan señalados.

Tengo la sensación que el tiempo escapa, que ha venido un hombre de gris y ha robado mi tiempo, o quizás, el tiempo siempre está ahí, y soy yo el que lo rechazo, soy yo el que doy mi tiempo a los hombres de gris ¿cuáles son esas cosas que hacen que pierda el tiempo? ¿por que el tiempo parece que se pierda?,¿ no debería ganarse?

A lo largo de mis 30 años, he aprendido muchas cosas, y otras aun debo aprenderlas, pero una de las más importantes, es que no me pertenezco, que mi vida no es mía, y no puedo decir que estoy a un tercio de mi vida, a mitad de mi vida o a un 90 por ciento. Por eso quiero vivir al máximo de mis posibilidades humanas, y eso se consigue solamente, y repito, solamente, con el binomio Dios - hermanos. Es en esa relación donde he descubierto que mi tiempo no se pierde, sino que se gana, porque me entrego al otro sin medida sin tener en cuenta mis apetencias. PEROOOOOO, no siempre es posible esto en mi vida, no siempre la mutua relación con mis hermanos y Dios va bien, es más , la mayoría de las veces, mi individualismo vence, mis placeres vencen, mi YO vence, mis ideas vencen,..... ¿a quien vencen? A mí mismo, porque en ese momento me estoy autodestruyendo.

Ya sé que esto es ir en contra de la sociedad, donde el más fuerte es el que vence, y además eso lo vemos en la evolución del hombre, en la economía,... Pero yo he apostado por lo débil, he apostado por aquel que parece que perdió, y que murió en una cruz, fracasando el mensaje que predicaba,.... Pero, ¿vale la pena apostar por lo débil?.... SÍ

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