No sé por donde empezar, y tampoco estoy muy inspirado. Hoy creo que casi escribiré como si fuera un diario de verdad, donde cuento lo que me ha sucedido estos últimos días. Realmente el escribir un diario es una tarea de auto esfuerzo impresionante, lo he intentado 2 veces, pero no he durado más de un año, aunque el escribir me ayuda mucho a expresar lo que siento, ya que soy hombre de pocas palabras habladas. En fin, voy al grano.
Estos días estoy pasando unas pequeñas "vacaciones" en Florencia, hasta el 7 de enero, que es la fiesta de San Andrés Corsini (carmelita) y aquí se festeja solemnemente porque su tumba se encuentra en esta iglesia. En el convento donde estoy hospedado, se vive de una forma distinta la fraternidad, más que nada, porque junto a los frailes, viven familias, sí, familias normales viviento todos juntos, compartiendo mesa, oración, recursos económicos,... Es una pasada, y los conventos se llenan de alegría con los niños. Es una experiencia que lleva ya muchos años, ya son 4 generaciones, aunque aún viven todos, incluso el padre que comenzo esto (aún no tengo el gusto de conocerlo). Son 2 conventos aquí en Florencia, la castellina (donde se empezó) y il Carmine (donde estoy en estos momentos). Es importante saber escuchar el Espiritu, y no tener miedo a arriesgar (lo digo justamente yo que soy un indeciso).
Las cosas no se pueden calcar de un lugar a otro, ni los lugares son los mismos, ni las personas, ni la sociedad, ni las estructuras, ni quizás los tiempos,... pero tenemos que abrir nuestras mentes, saber escuchar el Espíritu, ser soñadores de nuevos caminos, ser portadores de un agua fresca, no beber del agua ya estancada de la Iglesia (que por cierto ya empieza a oler mal), es más cómodo beber del depósito, pero quizás si vamos en busca de la fuente, la encontremos, y podremos llevar agua fresca a toda la gente que nos rodea.
En fin, creo que muchas cosas debe cambiar la Iglesia. Lo primero que debe dejar es el afán de grandeza, y lo digo porque estos días estoy asustado de tanta riqueza en las iglesias de Florencia. En cada iglesia se ven obras y más obras de arte, que para poder verlas, debes pagar, entonces que son, ¿iglesias o museos? y si el dinero es para mantener las obras, entonces, convierte la iglesia en un museo, pero si no quieres eso, entonces, ¿porque no donamos o vendemos el arte sacro a los museos? Por que nuestro corazón no está en el dinero ni en el poseer, ¿verdad?¿o si? Creo que como en la sociedad, el dinero es una lacra dentro de la iglesia. A mi no me gusta mucho el arte, quizá por eso arremeto así de fuerte, pero todo este arte sacro, no me ayuda a contemplar mejor a Dios, es más, prefiero las cosas sencillas para encontrarlo.
En fin, que como siempre acabo desvariando y hablando de temas que quizás no debo hablar. Un beso enorme a todos.
Estos días estoy pasando unas pequeñas "vacaciones" en Florencia, hasta el 7 de enero, que es la fiesta de San Andrés Corsini (carmelita) y aquí se festeja solemnemente porque su tumba se encuentra en esta iglesia. En el convento donde estoy hospedado, se vive de una forma distinta la fraternidad, más que nada, porque junto a los frailes, viven familias, sí, familias normales viviento todos juntos, compartiendo mesa, oración, recursos económicos,... Es una pasada, y los conventos se llenan de alegría con los niños. Es una experiencia que lleva ya muchos años, ya son 4 generaciones, aunque aún viven todos, incluso el padre que comenzo esto (aún no tengo el gusto de conocerlo). Son 2 conventos aquí en Florencia, la castellina (donde se empezó) y il Carmine (donde estoy en estos momentos). Es importante saber escuchar el Espiritu, y no tener miedo a arriesgar (lo digo justamente yo que soy un indeciso).
Las cosas no se pueden calcar de un lugar a otro, ni los lugares son los mismos, ni las personas, ni la sociedad, ni las estructuras, ni quizás los tiempos,... pero tenemos que abrir nuestras mentes, saber escuchar el Espíritu, ser soñadores de nuevos caminos, ser portadores de un agua fresca, no beber del agua ya estancada de la Iglesia (que por cierto ya empieza a oler mal), es más cómodo beber del depósito, pero quizás si vamos en busca de la fuente, la encontremos, y podremos llevar agua fresca a toda la gente que nos rodea.
En fin, creo que muchas cosas debe cambiar la Iglesia. Lo primero que debe dejar es el afán de grandeza, y lo digo porque estos días estoy asustado de tanta riqueza en las iglesias de Florencia. En cada iglesia se ven obras y más obras de arte, que para poder verlas, debes pagar, entonces que son, ¿iglesias o museos? y si el dinero es para mantener las obras, entonces, convierte la iglesia en un museo, pero si no quieres eso, entonces, ¿porque no donamos o vendemos el arte sacro a los museos? Por que nuestro corazón no está en el dinero ni en el poseer, ¿verdad?¿o si? Creo que como en la sociedad, el dinero es una lacra dentro de la iglesia. A mi no me gusta mucho el arte, quizá por eso arremeto así de fuerte, pero todo este arte sacro, no me ayuda a contemplar mejor a Dios, es más, prefiero las cosas sencillas para encontrarlo.
En fin, que como siempre acabo desvariando y hablando de temas que quizás no debo hablar. Un beso enorme a todos.
1 comentario:
Hola Xavi, FELIZ AÑO NUEVE (como he leído en alguna parte...jeje)
Me alegro de que estés disfrutando tanto en Florencia, aprovéchalo que al final, la vida se hace de momentos, así que vívelos intensamente. Yo personalmente prefiero mi hogar dulce hogar, los revoltijos no me van mucho.
A nosotros nos ha tocado esta Iglesia y a otros les tocará otra. Con el tiempo todo cambiará, igual que antes los Papas tenían por ahí incontables hijos y ahora por lo que se ve no tantos.
C'est la vie. De todos modos, la Iglesia no son ellos, la rancia cúpula del poder. Ellos son una gran minoría, la Iglesia hace años que cambió, pero ellos, ahí siguen en sus trece.
1 beso, FELIZ 2009
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