El elianismo y el marianismo:
Dos figuras son modelo de la vida carmelita: Elías y María.
Elías por su carácter carismático y profético, por su actitud
"contemplativa", por su temple de luchador en favor de la gloria de
Dios, alimentado en la solitaria contemplación, en la austeridad de la
vida. No es el fundador de la Orden, sino el inspirador de una de las
facetas fundamentales.
María por su cercanía
a Cristo. Viviendo en el monte Carmelo, cerca de los lugares santos
donde trascurre la vida histórica de María, los ermitaños carmelitas ven
en ella un modelo de contemplación y un ejemplo de virtudes. A ella
dedicaron una capilla en la falda de la montaña, a ella hace referencia
el título de la Orden: "Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del
Monte Carmelo". De ahí también el eslogan que define la Orden: "Totus
marianus est Carmelus".
Carácter contemplativo y apostólico:
Aunque es Orden contemplativa y activa, predomina la vida
contemplativa, fin principal y razón de su ser. Todo se organiza en
función de esa principalidad: el silencio, la soledad, la austeridad de
vida, la pobreza, etc.
El apostolado es secundario, en la
medida en que no destruye el carácter contemplativo; pero también
necesario, casi como una exigencia del talante contemplativo.
La contemplación no es fin en sí misma, sino medio para la unión íntima
con Dios. Es una contemplación a la búsqueda de interioridad, de
experiencia de Dios. Es contemplación que culmina en la experiencia
mística.
(D. de Pablo Maroto, Historia de la
espiritualidad cristiana).
1 comentario:
Para mí que soy ama de casa y Carmelita la contemplación, el silencio y la soledad son fundamentales para entrar en mi intimidad con El Rey y Señor nuestro
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