sábado, 28 de septiembre de 2013

Características de la espiritualidad carmelita (II)

Vivir en obsequio de Jesucristo:
No es específico del Carmelo pero es importante que la Regla lo recuerde: "debe vivir en obsequio de Jesucristo y servirle fielmente con corazón puro y total dedicación" (Prólogo).

Significa seguimiento de Cristo, vivir según el modelo, entregarle todo cuanto se posee. En el contexto medieval feudal en que esa expresión se sitúa, significa comportarse como un vasallo en relación con su Señor. Estar a la escuchar, en plena disponibilidad del Señor. Prestarle obediencia, serle fiel, no traicionar el juramento de fidelidad,...

Meditando día y noche la ley del Señor:

Es otra de las grandes líneas de fuerza de la Regla, que conecta con la tradición monástica de Oriente y Occidente. Construido el convento carmelitano en la soledad o en la ciudad, el carmelita tiene su centro en la celda, no para estudiar, sino para contemplar y gozar de la intimidad de Dios.

Esa contemplación se alimenta de la lectio divina. El salir para hacer "otras cosas" es excepción: "Permanezca cada uno en su celda o junto a ella, meditando día y noche la ley del Señor y velando en oración, a no ser que deba dedicarse a otros justos menesteres".

La lectio provoca la meditatio y ésta la contemplatio.

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