jueves, 3 de febrero de 2011

Dos animales salvajes: el sufrimiento y la muerte

"En un tiempo no muy lejano, habían dos animales que convivían con esos extraños animales que se auto-denominan "humanos". Estos dos animales eran normalmente salvajes pero muchas veces, los humanos se acostumbraban a tenerlos en casa, y no los rechazaban. Pero pasó el tiempo, y los humanos llegaron a una época de progreso, y poco a poco, con la técnica, olvidaron estos animalitos, que progresivamente quedaron escondidos en el bosque, sin embargo, continúan la tradición de visitar asiduamente a los humanos, y estos a la vez intentan borrar la huella de estas visitas cada vez más desagradables, pero es imposible, la naturaleza vence en este campo al ser humano. Los nombres de los animales son: sufrimiento y muerte".

Con este pequeño cuento que me he inventado, he querido simbolizar una realidad muy actual. Es verdad, hace tiempo, en las casas, estaban acostumbrados a convivir con la muerte y con el sufrimiento. De hecho, los velatorios se hacían en casa, los niños se chocaban de frente con esta dura realidad, los enfermos terminales permanecían en casa hasta la defunción, y esto, quieras o no, hacía que te entrenaras en el sufrimiento, y cuando llegaba el animalito,sabías como domesticarlo.

Sin embargo, el sufrimiento se ha convertido ahora en un tema tabú de la sociedad moderna, así como hace unas décadas el tabú era el tema del sexo, en estos tiempos, el gran tabú de las sociedades occidentales, es el sufrimiento y la muerte.

En mi cultura, cuando un familiar, amigo o conocido se pone enfermo, es normal acudir a acompañarlo en los momentos de sufrimiento en el hospital, a veces incluso hay demasiada gente en la habitación; y si por desgracia muere, pues ahí vamos todos a acompañar a la familia. 
Pero en los países nórdicos, por ejemplo, te comunican por teléfono que ha muerto tu familiar, y ya se encarga el hospital de hacer los trámites para enterrarlo o incinerarlo, y ni siquiera se acude al acto. (No juzgo la cultura, sino solo informo).

Es una forma de huir del sufrimiento, pero estas técnicas existen en todos los países, porque vamos a ver ¿creéis que las residencias de ancianos, asilos,... están llenas por casualidad? ¿Siempre es por falta de tiempo? ¿Y por qué creéis que los matrimonios de hoy en día duran lo que dura un telediario? ¿Es por que se termina el amor? No, no, no..... No estamos acostumbrados a sufrir, y a la mínima que nos encontramos cara a cara con este animal, huimos, y yo el primero. ¿Que razón puede llevar a las personas a quitarse la vida?¿Por qué crece el número de suicidios en la sociedad llamada "desarrollada"? Y pongo desarrollada entre comillas, porque en muchos aspectos no estamos muy desarrollados.

Queridos hermanos y hermanas, tenemos que aceptar que somos finitos, débiles, frágiles, y eso es andar en verdad, que es la humildad, como diría Santa Teresa. Si somos humildes podremos aceptar que no sólo dependemos de nuestras fuerzas, y cuando vendrán los sufrimientos, los sabremos aceptar, porque nos apoyamos en aquel que murió por nosotros, en Cristo nuestro Salvador.

Haciendo una introspección de mi vida, me he dado cuenta que no he sabido aceptar muchos sufrimientos. Cuando se morían mis familiares, sea por vejez, sea por enfermedad, no he sabido estar con ellos, rechazaba la situación, y evitaba el contacto con el sufrimiento. 
Por muchos años, también mis estudios me hicieron sufrir, el no aceptar que era capaz de superarlos a la primera, y que quizás necesitaba otra oportunidad. Gracias a Dios, este aspecto ha sido redimido en mi vida, ahora estoy en exámenes, y claro que me ponen nervioso, pero tengo una gran paz interior, porque al fin y al cabo, es sólo un examen.

Amigos y amigas, el mundo no es un cuento de Disney (que me gustan mucho), pero la realidad es muy distinta a aquella que nos venden en las series y películas de televisión, y tenemos que aceptar los momentos difíciles al igual que aceptamos los buenos momentos, volvamos a domesticar a estos animales salvajes.

Rezad por mí.

2 comentarios:

Nadal dijo...

Tu cuento me ha recordado al relato "Muerte en Teherán" ("El hombre en busca de sentido", Viktor Frankl). Aunque intente huir del sufrimiento, ese animal salvaje es más rápido... aunque a veces es mayor mi miedo que su fiereza. Un abrazo.

Unknown dijo...

No he leído el libro, pero parece interesante el título. Bueno, creo que es una situación similar a la mía. Un fuerte abrazo.