lunes, 16 de enero de 2012

Anorexia espiritual en la vida religiosa



Sin lugar a dudas, la vida religiosa está pasando por una época difícil, llamémosle crisis,  que es un reflejo de lo que sucede en la sociedad, donde el hombre no está encontrando su sitio ante este cambio de época. Son varios los factores que configuran la situación actual de la vida religiosa, entre ellos, unos de los que más preocupa es la falta de vocaciones en los países "más desarrollados", son varios los factores que han llevado a este fenómeno, pero no es de este tema del que quería hablar.

De lo que sí quería hablar es de la crisis de identidad que estamos viviendo en la vida consagrada, porque los grandes cambios acontecidos en los últimos años, nos hacen mirar al presente, sin embargo, tampoco se puede olvidar toda la tradición anterior de la Orden o congregación. Es una constante tensión entre el pasado y el futuro, dos perspectivas tan distintas, pero que no se pueden rechazar. 

El problema está cuando queremos mirar tanto al futuro que olvidamos nuestro pasado, y es ahí donde podemos perder la genuidad de los consagrados, no debemos olvidar que nacimos para dar una respuesta a un problema de una determinada época, y supimos responder con creatividad, convirtiéndonos en un manantial de agua viva en medio de una sociedad sedienta.

Hoy en día, al igual que nuestros antepasados, debemos buscar de ser creativos para poder dar una respuesta adecuada al hombre hodierno, y creo que una de las respuestas que podemos dar es que vean que somos hombres religiosos, que buscan a Dios, y que gracias a Él, pueden vivir una comunión de amor entre los hermanos. Pero sin embargo, nuestras comunidades son un reflejo de lo que ocurre en la sociedad, donde el individualismo y el egoísmo están fragmentando el ser relacional del hombre.

Más de una vez me he lamentado que conozco mejor a las personas laicas de los pequeños grupos de nuestras parroquias, que a mi propio hermano con el cual vivo en la misma casa. Porque he podido hablar con esa persona cara a cara, sin máscaras, abriendo el alma y en corazón, sin embargo, parece que en nuestra comunidades nos duela hablar de cosas espirituales, de ahí el título, anorexia espiritual, es más fácil hablar de fútbol, política, anécdotas de la pastoral, de los parroquianos,.... pero, ¿cuáles son las preocupaciones de mi hermano en este momento? ¿cómo se encuentra con su relación con Dios?.... En fin, sólo son sueños utópicos, pero sueño con una comunidad unida "con un sólo corazón y una sola alma" donde todos puedan ser amigos, pero para ellos, empecemos por construir nuestra amistad con Dios.

2 comentarios:

Baltasar dijo...

Rezo por ello.
"Ahora los encomiendo al Señor y al mensaje de su gracia, que tiene poder para hacerlos crecer y otorgar la herencia a todos los consagrados". (Hch. 20,32)

Unknown dijo...

Muchas gracias Baltasar, la oración es la puerta de la contemplación, el medio más eficaz para llegar a Dios. Un abrazo