jueves, 11 de febrero de 2010

La formación


Me van a a disculpar otra vez, y ya son muchas, otra vez he abandonado esta ventana por mucho tiempo. Era la época de los exámenes, y realmente, absorbían mi vida, mi tiempo, mi mente, mi corazón,.... Sólo vivía para ellos (los exámenes) y por ellos. Ojalá pudiera algún día pensar tanto en Dios como he pensado en los exámenes estos días, a Él también lo tengo abandonado, y a veces mucho tiempo. Menos mal que Él siempre permanece fiel, a pesar de mis olvidos y errores.

Pero dejo este largo preámbulo, para empezar ha hablar del tema que me preocupa estos días. Con la angustia de los exámenes, me preguntaba muchas veces, pero, ¿para que sirve estudiar tanta teología? Si en verdad lo voy a olvidar todo o casi todo, como me ha sucedido con la anterior carrera que hice. Además, cada vez estoy más cansado de estudiar, ya son muchos años, y esto se hace más largo que un día sin pan, o en mi contexto italiano, más largo que un semana sin pasta.


Muchos días tengo la sensación que pierdo el tiempo. Es verdad que hay profesores que da gusto escucharlos, aunque no siempre, pero hay otros que siempre aburren a todo el mundo, son bastante mediocres, de hecho, la Gregoriana ya no es lo que era, es todo nombre, hay un buen grupo de profesores mediocres, no sé si es que no se encuentran profesores capacitados o es que se está descuidando la educación de los futuros pastores de la Iglesia. En fin, que muchas veces lo veo todo negro, y pienso que mejor sería la auto-formación en casa, leyendo libros que valgan la pena, y no perder el tiempo en esas interminables horas de clase.
¿Todo producto del periodo de exámenes?

Puede ser, pero también en cierto modo he podido reflexionar sobre este tema. Y, he visto, que la formación, no son contenidos, sino algo más profundo, es un camino de acercamiento a la verdad, un camino hacia la madurez cristiana, un camino de descubrimiento interior, de auto conocimiento del ser, en fin, un itinerario que me lleva a entender y a amar aquello por lo que estoy dispuesto a entregar mi vida.
Veo que es necesaria la formación, porque en primer lugar es un tiempo para madurar personalmente, mentalmente y espiritualmente. En segundo lugar, me ayuda a descubrir y a conocer aquello que estoy dispuesto a amar. No se ama lo que no se conoce.

Estoy conociendo cada día más a Jesucristo, a ese judío rebelde al que estoy dispuesto a seguir (aunque a veces me pierda por otros caminos). Y Él me conduce hacia el Padre, ya que quien conoce al hijo conoce al Padre. Pero este camino no lo puedo hacer sin una brújula adecuada (el Espíritu Santo), porque si no me puedo perder. Y finalmente, también estoy descubriendo el papel de la Iglesia en este mundo.
La Iglesia, la figura más criticada por este mundo, pero que por naturaleza es santa, aunque este formada por pecadores como yo. Bueno, en fin, que he encontrado una cierta motivación para seguir adelante mis estudios, aunque ya veremos lo de hacer especialización, de momento, muchas ganas de realizarla no tengo, pero aun queda mucho tiempo.

Por cierto, los exámenes han ido estupendamente, gracias a aquell@s que me han dedicado un pequeño pensamiento durante estos días, es a forma más sencilla de rezar por el otro.Recibid un fuerte abrazo y sigan rezando por mí.



1 comentario:

LO QUE SIENTO dijo...

Me alegro mucho del resultado.
Disculpado por la 'ausencia'.
Gracias por el dibujo.
La formación no tiene que hacer rígidos (donde otros les mueve los brazos,las piernas y quizá también el corazón), tiene que ayudarnos a ser flexibles: con los pecadores, con los signos de los tiempos, con las necesidades del otro, con los tiempos de entrega y darse. La formación tiene que ser sólida en lo fundamental: tres cosas, como mucho. Pero rígida no. Tenemos que torcer el brazo, perdón, tiene que ser flexible: para abrazar, para perdonar, para construir la paz, para lavar los pies, para comulgar con el otro, para señalar el camino de la justicia...
Ánimo.
Estoy dudando todavía si lo fundamental son tres cosas o menos. Quizá cosa ninguna, quizá lo fundamental sólo sea Él.
Amigo, esto tiene un apunte.
Un abrazo