miércoles, 29 de octubre de 2008

oración egipcia

Quiero transcribir una pequeña oración que he encontrado en un manual que utilizo en clase, y que es del siglo XIV a.C.. Seguramente no tendrá nada que ver con el original, porque en las traducciones se piede el sentido, pero permanece el sentiniento. El poema está dirigido al dios Amón, pero yo voy a cristianizarlo.

Es increible ver que los sentimientos del hombre hacia su Dios, no cambian, porque pertenecen a la misma naturaleza del hombre, porque no lo olvidemos, el hombre es un ser religioso por naturaleza, y aunque en nuestras sociedades quieren eliminar a Dios, es imposible eliminarlo de lo más profundo del HOMBRE. Vamos al poema, que de este tema se puede hablar profundamente otro día:

Tú eres el protector para el pobre,
Tú el padre del huérfano,
Tú el esposo de la viuda
es dulce pronunciar tu nombre
Eres como el gusto de la vida:
como el pan para el niño
como la ropa para el desnudo
como la sombra del árbol en la estación calurosa
como el soplo de la brisa para el que está encarcelado.

Es más largo, pero con esto creo que es suficiente para mostrar este poema.

Un fuerte abrazo fraterno a tod@s

miércoles, 22 de octubre de 2008

¿Fraternidad = amistad?

Hace unos días atrás, estuve en el messenger con una amiga, hacía tiempo que no "hablaba" con ella. Este encuentro con ella, me ayudó a reflexionar sobre la amistad. Es quizás una de mis mejores amigas, y sin embargo nos hemos visto una sola vez. Nos conocimos por carta (sí, sé que suena muy clásico, pero es una forma distinta y más personal), y ella conoce muchas más cosas que gente de mi alrededor, a pesar de la distancia.

Todo ello hace cuestionarme si soy amigo, o no, de mis hermanos. No he leído nada sobre el asunto, confieso que soy un hombre de poca lectura, pero, en la palabra "hermano", ¿ya debería ir incluida la palabra amigo? O viceversa, ¿es mi amigo y por tanto mi hermano?.

No sé, muchas veces me doy cuenta que no trato con todos mis hermanos igual, y en cierto modo, humanamente es comprensible, aunque un buen cristiano no debería tener grandes apegos por nadie, excepto con el que ya todos sabemos.

Mi hermano y mi amigo, sí, algunos lo son, pero otros, en mi caso, se quedan sólo en el término hermano. Una vez leí que los buenos amigos se deben contar con las palmas de las manos, y la Sagrada Escritura dice que quien tiene un amigo tiene un tesoro. Estoy confuso, creo que podría hacer tres niveles de fraternidad.
  • Mi HERMANO, porque es mi hermano en la orden y porque es mi amigo, y
  • Hermano, porque hemos profesado en la misma orden.
  • hermano: porque es hijo de Dios

Creo que me he hecho un lío yo sólo, pero no tengo ganas de repasar el texto, que sea lo que Dios quiera. Un fuerte abrazo a todos y un beso muy grande para ellas.

jueves, 16 de octubre de 2008

Señor transfórmame en un televisor

Ante mi sequía de ideas, acudo a una oración:

Señor, quiero pedirte un favor:

Transfórmame en un televisor

para que mis familiares tengan cuidado de mi,

como ellos cuidan de él,

para que ellos me miren con el mismo interés.

Me gustaría hablar como un presentador:

Cuando él habla, toda la familia escucha

En silencio y con gran atención

Me gustaría sentir sobre mí el mismo cuidado,

Que mis familiares me lleven entre pañales.

Me gustaría ser un televisor

Para ser el mejor amigo de mis familiares.

Señor, solamente por un día

Transfórmame en televisor.

jueves, 9 de octubre de 2008

¿Una oración básica?

En un apunte anterior, hablé de la oración de contrición, que me comprometí aprendérmela. Sincerándome con vosotros, aún no me la he aprendido, de hecho, hoy la he leído por segunda vez. Pero hoy me he fijado en una frase. Para que os hagáis una idea, os transcribo la oración, porque supongo que muchos de vosotros, como yo, no la conocéis:

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y por que os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Animado con tu divina gracia, propongo firmemente nunca mas pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, para el perdón de mis pecados. Amen

Supongo que ya sabéis en que frase quiero hacer hincapié. La famosa oración, la aprenderé, casi como un acto de orgullo, o al menos, la llevaré escrita. Pero lo que no puedo hacer, llevarla a mi vida. La frase: "porque podéis castigarme con las penas del infierno", me suena a una época de la inquisición o una época preconciliar. Y no estoy diciendo que el infierno no exista, lo que quiero decir es que no creo en un Dios que castigue. Nosotros somos los que nos castigamos a nosotros mismos al alejarnos de Dios, eso sí que es para mí la verdad. Dios nos ha dado la libertad, el gran preciado don, y nosotros elegimos el camino a seguir.

No, no puedo hacerla vida. A mí, la oración tiene que salirme de dentro, sentir lo que digo, hablar desde el corazón. Y digo esto porque no soy dado a aprenderme todas estas oraciones ya impuestas (excepto las primordiales). Seguramente serán mejores que las que a mí me salen, con mejores palabras, mejor redactadas, y escritas por grandes teólogos, pero a mí me gusta hablar a los amigos con mis propias palabras.

¿Herejía? Pues no lo sé. No afirmo que mis palabras sean mejores ni peores, y por supuesto, me encantan los textos bíblicos, sobretodo los salmos, porque estos si que expresan los mismos sentimientos que yo quiero expresar, pero no son a ese tipo de oraciones a las que me refiero.

Ya han pasado más de 40 años desde el Concilio VAticano II, y creo que hay muchas cosas que no acaban de arrancar. Hay muchos frutos del concilio, y esto lo he podido experimentar, pero se podrían mejorar. Debemos mostrar esa cara renovada de la Iglesia, mostrar a un Dios amor y quitar de la mentes de la sociedad al Dios castigador, al Dios inquisidor, a ese Dios que lo prohíbe todo. "La Iglesia lo prohíbe todo..." (preservativos, abortos, matrimonios homosexuales,...) Pero no podemos quedarnos en ese paso, tenemos que decir que es lo que defendemos y por qué. En fin que me enrollo como una persiana.

Un fuerte abrazo fraterno.

domingo, 5 de octubre de 2008

Un hombre llamado anónimo


Sí, ya sé que se ha escrito mucho sobre estas cosas, pero necesito expresar lo que siento desde que estoy en Roma. Estoy viviendo en estos momentos en un convento grande, con luz, agua, calefacción,... y sobretodo, compañía y alimento. Pero sólo bajar las escaleras del convento, todos los días me encuentro un hombre que duerme en la calle. ¿Cómo se llama? No lo sé. ¿Por qué no me acerco a él y hablo con él? ¿Miedo? ¿Orgullo?...

Son muchas las cosas que me rondan en la cabeza, y no sólo hay este hombre, entre semana,cuando voy al curso de italiano por la mañana, me encuentro con una fila enorme que vienen a tomar un desayuno caliente al comedor. Después los parques por donde paso, estan llenos de personas, porque son como tú y como yo. Y yo, ¿que voto de pobreza he hecho? ¿Es relativa? ¿Es auténtica? Estas cosas me desconciertan, y mi alma no está un poco atormentada, no sé si soy coherente con el estilo de vida que he tomado. ¿Se puede vivir de otra forma la pobreza?

Son muchas señales que he recibido estos días. En la lección de italiano, vi el film sobre San Francesco de Asís, verdadero ejemplo de pobreza. Luego toda la experiencia recibida este verano en la República Dominicana, y finalmente un cuento que me ha enviado una amiga hace unos días, que habla de esta temática.

No puedo pasar por delante de estas personas sin que mi corazón se contraiga, espero no acostumbrarme nunca, y que me sean indiferentes. Espero que aquí en Roma, donde por desgracia abundan, pueda encontrar la serenidad que necesita mi alma en estos momentos con respecto al tema. ¿Sería capaz de hacer como San Francisco? Creo que sé la respuesta, conozco mis limitaciones.

Perdonad otra vez estas pequeñas divagaciones. Un beso para ellas y un fuerte abrazo para ellos.